21 de noviembre de 2011

Imposible.

La real academía define la palabra imposible como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser o suceder y define improbable como algo inverosimil que no se funde en una razón prudente. 
Puestos a escoger a mi me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo supongo. 
La improbabilidad duele menos y deja un resquicio a la esperanza, a la epica. 
Que David ganara a Goliat era improbable pero sucedió.
Un afroamericano habitando en la casa blanca era improbable pero sucedió.
Que los Baron Rojo volverían a tocar juntos era improbable pero también sucedió.
Nadal desbancando del número 1 a Federer.
Una periodista convertida en princesa. 
El 12-1 contra Malta. 
El amor, las relaciones, los sentimientos no se fundan en una razón prudente, por eso no me gusta hablar de amores imposibles si no de amores improbables, porque lo improbable es por definición probable, lo que es casi seguro que no pase es que puede pasar, y mientras haya una posiblidad, media posibilidad entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario