25 de marzo de 2014

Dicen que los amigos verdaderos son aquellos para toda una vida, pero hay pocos amigos que sean para siempre, y ese siempre puede tener distintos significados dependiendo de la persona.
En realidad la amistad verdadera también puede ser temporal, al menos en mi opinión. Lo importante es la intensidad, la fidelidad y si los dos creen en ella.
Por más años que tenga, si una amistad no tiene una buena base, no tiene valor, porque se destruye en la primera crisis.
De "amigos" he tenido muchísimos, son los conocidos, esos que crees que son tus amigos y te fallan... y ya nada vuelve a ser como antes.
A todos esos, no les añoro, quizá recuerdo algunos momentos y me entre nostalgia, pero, ¿a quién no?

Para aprender a valorar una buena amistad, primero tienes que pasar por experiencias pasajeras... de esas que te dejan una huella que poco a poco el tiempo borra.

Y ahora, sé lo que debo hacer, seguir respirando, porque mañana volverá a amanecer y quién sabe qué traerá la marea.

Corriente.

No soy nadie especial. Solo soy un hombre corriente con pensamientos corrientes. He llevado una vida corriente. No me han hecho ningún monumento y mi nombre pronto quedara en el olvido. 

Pero según como se mire he tenido mucho exito como muchas otras personas en la vida. He amado a otra persona con todo mi corazón y eso para mi siempre ha sido suficiente. 



Alguien, hace algún tiempo, me dijo que no podía vivir a base de recuerdos. Más tarde descubrí que en realidad son estos los que nos permiten vivir. Somos todo lo que hemos vivido, perdido y aprendido. Somos todas las decisiones que hemos tomado, somos las cosas que nunca dijimos o dijimos de más. Así que en realidad son los recuerdos los que nos definen como a nosotros mismos.
El cuerpo cambia, el pelo crece, la piel se arruga... pero solo los recuerdos permanecen, los recuerdos nos acompañan el resto de la vida, son la esencia de cada uno, lo que muchos un día llamaron alma.