28 de octubre de 2012

El mundo está loco. Definitivamente loco… Lo rico, engorda. Lo bonito sale caro. El sol que ilumina tu rostro arruga. Y lo realmente bueno de esta vida, despeina… Hacer el amor, despeina. Reírte a carcajadas, despeina. Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina. Quitarte la ropa, despeina. Besar a la persona que quieres, despeina. Jugar, despeina. Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina. Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible… Así que disculparme si me veis con pelos de loca.
¿Sabes? Muchas veces tan solo hacen falta dos segundos para expresar a una persona lo que sientes. Para decir "te quiero" y por supuesto, tener el valor de hacerlo. No todas las personas lo tienen, algunas se acobardan antes de tiempo por pensar en un posible rechazo, otras se tiran a una piscina vacía y otras aciertan de pleno en la diana

Contigo.

Dicen que tardamos 7 minutos en dormirnos y que en los primeros seis minutos y cincuenta y nueve segundos, nuestra cabeza, automáticamente, reproduce todos y cada uno de los momentos vividos a lo largo de ese día; y que en el último segundo, aparece la persona que te ha hecho feliz hoy. Finalmente, el cerebro se queda con lo más importante, con lo que más le ha gustado y lo transmite en forma de película, una película llamada "sueño". Y, si eso es cierto, hoy soñaré contigo.

Volar.


Mira, cada vez que le veo acercarse, cuando distingo su sonrisa entre la multitud, cuando me mira y el resto del mundo desaparece, cuando oigo su voz y se me ilumina la mirada, cuando estoy sola pero toda mi ropa huele a él, cuando me acaricia, me abraza, me muerde, cuando me coge de la mano como si fuera lo más importante del mundo, cuando me aparta el pelo y me besa el cuello, hasta cuando creo que está enfadado y tiemblo de miedo, en esos momentos, por una razón ilógica fuera de los límites de los razonamientos lógicos, la gravedad disminuye poco a poco a mi alrededor y mi cuerpo se despega del suelo sin querer, y ahora... Nunca rozo el suelo.

Paradise

En cuanto a mi, sigo creyendo en el paraíso. Sin embargo, ahora sé que no se trata de ningún lugar concreto. Lo importante no es a donde vas, sino como te sientes en el momento en que llegas a formar parte de algo. Y si encuentras ese momento.... ojala sea para siempre. Porque hay ocasiones en la vida en las que vives algo sin esperarlo, algo que sabes que no es normal, que sabes que tardaras mucho tiempo o quizás nunca consigas encontrar algo parecido.

Game over.

Fin. The End. Game over. Punto y final. El juego ha acabado. A la mierda toda esta historia de que los polos opuestos se atraen. También deberían haberme dicho que a veces el polo negativo se resiste a encontrar al positivo o que uno de los dos, al final, puede resultar dañado. Y es que... no todo en esta vida es ganar, a veces hay que perder para saber aprovechar lo ganado. Puede que mi error fuera mostrar las cartas demasiado rápido pero ¡qué coño! en el amor no se puede ir de farol, yo voy con la baraja por delante. Sólo me queda levantarme de la mesa con la cabeza bien alta, y con la satisfacción de saber que si no he ganado esta partida no ha sido porque yo no haya apostado lo suficiente.

27 de octubre de 2012

Cuando empiezas a reírte de las derrotas, ya estas empezando a ganar. La vida tiene diferentes capítulos. Un mal capítulo no significa el final de la historia.


Ya. Puede que sea un poco rara. Un día me verás llorando por los suelos, y al siguiente dando saltos de alegría en lo más alto. Por las tardes puedo ser la más odiosa que conozcas y por las mañanas la más encantadora. Mis sonrisas te pueden embobar, pero tengo miradas que espantan. Habrá días que estaré 24 h contigo, abrazándote, agobiándote, haciéndote reír. Otros, sin embargo, notarás que no estoy aquí, que nada me incumbe y nadie tiene que ver conmigo, esos días te aconsejo que no te esfuerces ni en tocarme. Con el tiempo verás que soy de extremos, que conmigo es blanco o negro, que el gris para mí no existe: o te quiero o te odio, o algo me gusta o no puedo ni verlo, o me da igual todo o todo me influye. También te darás cuenta de que me doy entera a todo, que las cosas, cuando decido hacerlas, las hago dando todo de mi, dejando en ellas sudor y lágrimas. Que cuando lloro, lloro hasta soltar la última lágrima, que cuando río, se me sale toda la fuerza en cada carcajada, que cuando me enfado, lo hago con toda mi energía, que cuando grito, me dejo la garganta y que cuando beso, lo hago como si fuera la última vez. Después de darte cuenta de todo eso, sabrás si eres un poco inteligente, que cualquier día, a cualquier hora, me puedo ir de tu vida tal y como llegué, sin esperarlo, con fuerza y de repente. Para ese día ya habrás descubierto que es inevitable cogerme cariño. Pero no te preocupes, cuando me vaya ya me conocerás lo suficiente y sabrás qué hacer para que vuelva, sino lo sabes todavía.

No te puedo decir que estaré en las duras y en las maduras, posiblemente cuando algo vaya mal me esconda, habrá días que te haré llorar de la risa, pero otros seré la persona más borde que has conocido, haré como si no me importas, no me creas pero sígueme el juego, todo irá mejor. No me gusta la monotonía, así que seguramente habrá días que no me apetecerá quedar contigo, no te lo tomes a mal, pero también me gusta estar con mis amigas. Habrá cosas que no podre contarte, no porque no confié en ti, sino porque no me gusta dar pena. Como todo el mundo tengo días malos, bueno mejor dicho, malísimos, intenta no pillarme en un día de esos, puedo dejarte solo porque intentas ayudarme, seguramente después me arrepienta pero por orgullo fingiré que ya no me gustas. No intentes ponerme celosa porque no conseguirás. Te sentaran mal muchas cosas que haga, seguramente pensaras que no te quiero, pero no te rayes, lo único que haces es malgastar el tiempo. Soy muy muy pesada, demasiado, pero mejor no me lo digas porque acabare mandándote a la mierda. Si eres un poco inteligente sabrás que cualquier día me puedo ir tal y como llegue, así que no me cojas demasiado cariño, es mejor, hazme caso.

Lo siento, soy más dura que el filo de un cuchillo, más dura que cualquier problema que me ataque y más dura que el puto cemento. Me he forjado a golpe de cada puñalada que me han dado y simplemente los baches ya los paso de un salto. Y si piensas seguir con el juego bienvenido al partido.